EL FOCA
El Foca
era un esmirriado chico moreno de no más de 16 años, apareció en los ensayos de
la banda una tarde de invierno, de esas cuando llueve a chuzos, llevaba una
botella de Ron en la mano y su ropa estilaba por todos lados, era tal su estado
de ebriedad que apenas se daba cuenta lo mojado que estaba, aun así se acerco
al grupo y ofreció lo que le quedaba de la botella como gesto de amistad, y en
un casi incoherente dialecto exclamo – Es pa… ustedes cabros, pero como hacia
frio… me tome un poquito pa calentar el cuerpo – mostrando la botella que
estaba casi vacía.
Al ver
este exótico esperpento, la banda y el grupo de fans que seguía sábado en
sábado los ensayos, soltó una sonora carcajada que inundo cada recodo de la
ruinosa sede social donde ensayaban, unos de los miembros de la banda dijo –
Pero si este Hueon parece una Foca – así que quedo para siempre bautizado con
ese nombre.
El
vocalista de la banda acepto su regalo y apuro un sorbo de la botella, pero se
le atoro en la garganta, era un ron del mas barato existente, mas químicos que
algo de alcohol en el, aun así lo paso a los demás miembros del grupo, sintió
el sincero gesto de este intoxicado amigo, y le pareció irrespetuoso
devolvérselo.
-Quien
eres socio? – le pregunto, pero por más que trato de responder, sus labios no
podían coordinar las palabras, finalmente balbuceo que los había visto tocar en
una sede y que era su fans, alguien le había contado donde ensayaban y por eso
había venido. Le dijeron que se acomodara por donde pudiera, así que se sentó
en el suelo al lado de la batería, un rato más tarde había quedado inconsciente tirado al frente de
esta. Así paso todo el ensayo, después lo dejaron de centro de mesa, mientras
el grupo y los amigos compartían el trago que había comprado con el aporte de
todos… y así continuo cuando empezaron a retirar los equipos y la batería,
hasta que uno de los muchachos lo despertó para decirle que era hora de irse,
que ya era de noche.
Los
ensayos de la banda continuaron cada sábado en forma regular e invariablemente
“El Foca” continuaba llegando también, mas de las veces ebrio o drogado, que
las veces que se le vio sobrio, con el paso del tiempo se volvió la mascota de
la banda, el muchacho de los mandados, era él quien se preocupaba de cuidar los
equipos cuando el grupo salía a comprar trago. La sede estaba en medio de un
barrio marginal, y era tierra de delincuentes y matones, extrañamente era
respetado por la fauna que pululaba por ese territorio, así que el grupo se
sentía tranquilo dejándolo a cargo.
Entraba
gratis a las tocatas; también, como Rodie de la banda, con eso el era feliz,
pero dentro de los fans era el objeto de las burlas más crueles, el blanco
predilecto de las chanzas, aun mas, algunos lo despreciaban por su supuesta homosexualidad,
cosa que nunca mostro entre el grupo, lugar de sentimientos machistas y
xenófobos de la gran mayoría de los integrantes.
El Foca
tenía otra historia, una llena de abusos y abandono, criado por su abuela, pues
al parecer había sido abandonado por sus padres, vivía en una mediagua en medio
de una barriada marginal, el sitio donde se emplazaba la vivienda era de otros
parientes, así que vivían allí todos hacinados, en ese mismo lugar fue abusado
por un tío, en medio de una borrachera familiar, producto de lo cual escapo por
un tiempo, para esconderse bajo los puentes, donde fue abusado nuevamente y
donde conoció la droga y el alcohol.
En vano
su abuela lo trato de educar, pero el chico ya estaba agarrado por el vicio, y
era incapaz de permanecer un tiempo sin el alcohol o las drogas, consumía todo
lo que pudiera, preferentemente el neopreno, por lo barato y fácil de
conseguir. Así escapándose un tiempo, luego capturado nuevamente por
Carabineros, pasaba entre los tribunales, la calle y su casa, durmiendo donde
pudiera, fue en esa época que conoció el metal, se sedujo rápidamente por esa
música que era mescla de dolor y rabia contenida y por sobre todo mucho odio,
odio que lo consumía, odio que no sabía cómo proyectar, así fue como conoció la
banda, no podía creer que ellos eran de acá, así que los siguió por dondequiera
que tocaran, hasta que se consiguió la dirección donde ensayaban, se consiguió
unos pesos, compro la botella para regalárselas y partió, pero en el camino la
sed y la angustia se apodero de él, así que la abrió “solo para tomar un
poquito”, por fin se sintió parte de algo, sintió que había llegado a un lugar
donde era comprendido
El Foca
se prostituía pues no concia otra manera de conseguir dinero, ese dinero que le
entregaban hombres en auto que buscaban satisfacer sus bajas pasiones con
muchachos en los márgenes de la ciudad, fue en ese mundo que lo vio uno de los
fans, quien le conto a los demás, de ahí empezó el bullyng, hasta que el Foca
desapareció. Estaba perdido en la droga sin ningún horizonte más que borrarse y desaparecer, por esa época
llego una hermana mayor desde la Capital y lo convenció que se fuera con él,
allá lo desintoxico un poco y lo convencio
para que entrara en un programa de rehabilitación. Entro en una comunidad, el
proceso fue largo y doloroso pero finalmente logro dejar atrás sus vicios.
Un par de años más tarde un miembro
de la banda lo encontró en el centro de la ciudad, había crecido, estaba más
robusto, con las mejillas rosadas, se alegro de verlo, lo saludo efusivamente,
le pregunto que se había hecho, lo invito a tomarse un café en la esquina, allí
le conto de su aventura en la Capital, de su rehabilitación, que estaba
estudiando; y que ahora era cristiano, que no escuchaba metal, él le dijo que
estaba bien, que cada cual debía seguir su propio camino, se despidieron y se desasearon suerte…
Esa
noche un mal llamado amigo de su barrio, lo invito a tomarse un trago, “uno
solo para la despedida” – Mañana te vai, y no vas a regresar, tomate un corto
con tus socios, por los tiempos locos -
No debió aceptarlo
Por la
mañana encontraron su cuerpo tirado en la orillas de una cancha, había muerto
de una sobredosis, producto la droga adulterada que había consumido.
FIN
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