Historias de un guerrero
Venganza
Casi dos horas de empezada la cruenta lucha la tropa
huinca estaba diezmada, algunos cuantos de infantería había arrancado al monte,
donde se defendían a duras penas de los weichafes mapuches, los jinetes tuvieron más suerte, una
decena había salido a sangre y fuego de la emboscada y huían por las senderos
del valle, Curaqueo, que había sido herido en un brazo ordeno a Huaitro la
persecución; con una veintena de jinetes, mientras él se encargaba de
exterminar a los que no podían escapar. La batalla estaba terminada, los
mapuches eran los dueños del Campo.
Durante la noche
acosaron a la docena de jinetes huinca que lograron escapar, ningún respiro,
ninguna clemencia, uno a uno fueron cayendo, los malditos trewuas, hasta que al
final solo quedaban 2, los más fuertes del grupo. Ordeno a sus weichafes perseguir
a uno que iba herido, mientras él y otro weichafe se encargarían del
barbón trewua que alcanzaban a oír a lo lejos. Así amaneció el cuarto día, la
montura del huinca ya se estaba a punto de reventar de cansancio, mientras que
su fieles caballos todavía darían una horas más, por lo que el destino del
invasor estaba sellado, así que apuro el galope dispuesto a terminar esto de
una vez, grito al otro weichafe que no interfiriera, solo si el moría en la
lucha. Ya casi encima de él, tomo la voleadoras con que solía cazar guanacos y
las lanzo a los pies del caballo, tumbándolo con gran estrepito en las laderas
de un cerro, pero el jinete era hábil, salto junto a antes de desgraciarse con
su caballo, rodo un poco mas allá, y se levanto desenvainando su espada;
Huaitro , saco su maza, y de un salto se desmonto, abalanzándose contra él.
Los dos rodaron por
el suelo, parándose magullados, se miraron un instante, sabían que esto era una
lucha a muerte, el primero en atacar fue el huinca, lanzando una certera
estocada al pecho del joven cona, quien la rechazo de costado con un rápido
movimiento de su maza, mientras le daba de nuevo el frente a su enemigo, saco
unos de los cuchillos y lanzo un mazazo a la altura de su cabeza, lo cual fue repelido
a duras penas con la espada, entre tanto con la otra mano lanzo una cuchillada
al pecho de su oponente, el cual fue repelido por el guantelete de hierro del
huinca, así fue durante varios minutos, fintas y estocadas, ninguno de los
contendientes dejaba una espacio para el golpe de gracia. Ambos reconocieron en
su adversario un digno oponente
Se separaron unos
momentos para tomar aire y se lanzaron de nuevo al ataque, esta vez el huinca
decidió equipara el duelo sacado su daga, seria espada contra maza, cuchillo
contra daga, en unas de esas fintas la espada logro cortar el hombro de Huaitro
que se retiro adolorido, sintiéndose victorioso el huinca se lanzo hacia
adelante, pero el joven weichafe no estaba vencido, soltando el cuchillo tomo
la maza con las 2 manos y de costado golpeo la mano que sostenía la espada,
lanzándola lejos, mientras que con su
cuerpo empujaba al huinca contra las rocas, de nada sirvió el puntazo que logro
asestar con la daga, para su mala suerte se había atorado en la coraza mapuche,
dejándolo ya sin armas, sin perder tiempo Huaitro asesto el golpe final con la
maza, impactando el cráneo de su oponente de lleno, su muerte fue inmediata,
cayendo sobre las rocas, arrodillado y sin aire quedo a su lado el joven weichafe,
luego de reponerse tomo un cuchillo, levanto el cráneo y tomo la cabeza del
vencido, seria la ofrenda a sus muertos, era hora de regresar a casa.
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