Historias de un guerrero
Venganza
Galoparon todo el resto del día y gran
parte de la noche, por senderos que solo ellos conocían, así cuando despuntaba el sol del siguiente día
llegaron extenuados, al caserío; la partida de casi 20 jinetes se desplego
alrededor de las rucas y con sigilo revisaron
los alredores, pero ya no estaban los huincas, el panorama era desolador
algunas rucas seguían ardiendo, a su paso encontraron los restos de sus seres
queridos esparcidos por suelo, gritaron los weichafes alaridos de duelo, por
sus ñañas, domos, weñis y conas a medida que los iban reconociendo, Huaitro y
su hermano en tanto se arrodillaron en frente de su papay atravesada por un lanzazo mientras protegía su Lamngen(hermana) muerta bajo ella.
Lloraron los hombres a su gente durante
ese día y los enterraron lo mejor que pudieron, en tanto algunos de ellos
buscaban los sobrevivientes por entre el
monte, en los lugares secretos donde
ellos sabían que podían refugiarse. Una triste columna llego esa tarde de
vuelta, no más de 20, unas cuantas domos
y sus weñis y los valientes conas que resistieron con ellas, algunos heridos
por los trabucos y espadas de los huincas.
Al anochecer hicieron aillarehues (17)
para prepararse para la guerra, astutamente Curaqueo habían mandado mensajeros
a sus vecinos cuando supo de la masacre, algunos weichafes de Millaqueo y
Melian ya habían llegado, en total cerca
de 60 weichafes y 3 lonkos estaba reunidos en torno a la fogata, el primero en
hablar fue Curaqueo – Mis peñis, es triste llamarlos en este tipo de situación,
no tengo, ni carne, ni muday (18) para festejarlos, como es la costumbre,
todo se lo ha robado el huinca, también mis ñawes (19), lo que no se
pudieron llevar, lo mataron, miren
cuanta tristeza hay entre mis weichafes, no hay uno solo que no tenga que
llorar a sus muertos hoy, por eso los llame, cada día el huinca viene y toma lo
que quiere, sin que nadie se lo impida, hoy quiero venganza por mis puñen
(20), hoy quiero que sepan que no pueden venir y tomar lo que no es suyo,
sin que nadie se lo impida.
Respondió Melian
- mi viejo y querido amigo, supe de tu
desgracia, y traje a mis mejores weichafes conmigo, también rastreamos a esos
trewuas (21), están acampando cerca de las aguas de Millaray, ahí comen y
toman de lo que te robaron, pero su júbilo no les va durar mucho; los Melian
irán contigo en este Malón (22) - alzando su lanza grito
¡Marichiweu! (23), lo cual fue respondido por una gran grito
¡Marichiweu!.
Parándose Millaqueo,
replico – 30 weichafes vienen conmigo, otros más se unirán mañana, no dejaremos
ningún huinca que se salga con la suya, en 2 días tendremos todas sus cabezas
en nuestras lanzas, grande va ser el botín y vengaremos a nuestros peñis y puñen – necesitaremos a un Toqui (24), yo nombro a Curaqueo, pues fue su ruca la que fue atacada, Marichiweu!!
Todos los conas se
levantaron gritando Curaqueo - a lo cual
el aludido pidió calma con las manos – Gracias mis peñis y conas por su
confianza, iremos mañana por nuestra venganza, tendré sus cabezas en la puerta de mi ruca, eso
calmara mi alma, pero antes consultaremos a la machi (25), espero que tenga buenos
augurios para el malón - se acerco una joven delgada, vistiendo el traje
ceremonial, temblaba a medida que avanzaba entre los hombres, ya al lado de
Curaqueo, le dijo al oído – Mi toqui, tengo el don, lo herede de mi madre, ella
murió ayer, pero no creo tener la sabiduría para interpretar los augurios – a
lo Curaqueo respondió – diles que todo irá bien, los weichafes necesitan
confianza para la batalla que se aproxima.
Trajeron los hombres
un potrillo y lo colocaron frente a la
joven machi, quien imploro a los espíritus por los buenos augurios en estas
críticas horas, luego Curaqueo, sacando su cuchillo degolló al animal y con su sangre
la machi interpreto – Son buena noticias mis Weichafes, antes que terminen
estas lunas unas gran victoria traerán a sus rucas todos los peñis!!!, lo cual respondido
nuevamente – Marichiweu!!!!
Retomo Curaqueo las
palabras - Vayan y descansen mis buenos Weichafes, los días que nos esperan son
duros y crueles, saldremos mañana con las primeras luces del día.
Huaitro no podía
comprender, porque se quedaban a descansar, si los huincas trewuas estaban
cerca, lo mejor era salir de inmediato para matarlos como los trewuas que eran,
desde la manta en que envolvía podía oír el llanto apagado de su hermano menor,
lo que lo intranquilizaba aun mas, casi podía ver el sufrimiento de su madre y
hermana, muertas tan vilmente, no podía dormir, su alma solo pedía a gritos la
muerte de los invasores, finalmente se levanto y se fue acurrucar a junto a su
hermano, como lo hacía cuando los dos eran unos weñis. Ya el Sol había salido,
cuando sintió un golpe en su hombro, los weichafes estaban ya en pie, se había
quedado dormido junto a su hermano. Se levanto de un salto, se sintió
avergonzado, pero los más viejos le hicieron señas para que se tranquilizara,
prepararon sus armas, Huaitro tomo su
lanza, sus flechas, su maza, dos cuchillos con mango de hueso, una coraza de
también de Tepa que amarro a su pecho. Pero de todas esas armas su preferida
era la maza, hecha de Tepa, con una piedra filosa en la punta, muy liviana,
pero a la vez dura como el metal, herencia de su padre que había muerto en una
guerra anterior, le gustaba por que le recordaba a él, valiente weichafe con
varios muertos a su haber, que cayó en defensa de su tierra.
Curaqueo se acerco al
Joven Huaitro, diciéndole – cuida bien a tu peñi, el aun no ha pasado las
pruebas de hombre, pero en estos momento, no puedo prescindir de ningún cona,
somos apenas 26, en cualquier otra situación lo hubiéramos dejado, el aun
no tiene la fuerza y sabiduría de un
hombre, además Uds. son lo único que queda de la ruca de mi Buen amigo el viejo
Huaitro. Agradeció las palabras, pero eso ya lo tenía asumido desde que vio los
cuerpos de su gente; se acerco a su joven hermano, reviso sus armas, apretó su
coraza, reviso su montura y le dio un apretón suave en el hombro, no
necesitaron palabras, ambos sabían el
cariño que se tenían
La columna de más 50
jinetes avanzo rápido por los senderos cordilleranos, mientras de la columna
principal, se desplegaban mensajeros y exploradores a medida que avanzaban, era un día
de distancia hasta las aguas de Millaray, según lo exploradores, los huincas no
se había movido. Los mensajeros llevaban las noticias hacia otros caseríos con
la esperanza que más se unieran antes de enfrentar al enemigo.continuara....
17).-Consejo Militar 18).-Alcohol 19).-Hijas 20).- Hijos 21).- perros
22).-Partida de guerra 23).- Venceremos 10 veces!, grito de guerra. 24).-jefe militar
25).-Curandera
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