EL GRITO.
Mi grito
nace de la tierra,
soy de aire;
soy de viento.
Y mi grito
va creciendo,
soy de fuego
y me incendio.
Ya siento
la agitación,
y mi flama
se vuelve hoguera.
Finalmente
esta estalla,
y mi hoguera
se convierte en sueños.
MUERTE Y RESURRECCIÓN.
Y el grito
creció,
pero no se hizo
ni flama, ni hoguera;
y la chispa del sueño
nunca se encendió,
sofocado en el cuerpo
y ahogado en la carne
murió…
…Saldré a buscarlo
entre las tumbas,
por los pueblos,
entre las multitudes.
Buscare en sus ojos
escarbare en sus almas;
pacientemente
buscare en la mía,
solo así
lentamente
resucitare.